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TEJIDO DE PALMA

Unas de las artesanías más útiles en Oaxaca son las que se elaboran con hojas de palma. La región de La Mixteca es conocida por los trabajos de estos hábiles tejedores que elaboran muchos artículos de las hojas de la palma. El proceso toma mucho de tiempo, la gente se sienta por horas tejiendo y diseñando los rasgos de estos artículos.
La tradición proviene de tiempos pre-Hispánicos cuando los sombreros eran la única protección en los campos de cultivo. Es común en Oaxaca que alguien diga que "una persona se petateó", un verbo inventado para referirse a que alguien murió y que proviene de la palabra "Petate", un tipo de tapete tejido con hoja de palma. Las hojas de palma se usan en varias cosas tales como la construcción de techos, para atar animales, para conservar semillas, para dormir en petates o para envolver a los difuntos en funerales.
Existen algunas variedades de palmas que se cortan en las montañas. Después, las hojas son transportadas en mulas o burros a los talleres. Las hojas se secan bajo el sol durante tres o cuatro días. Acto seguido se les agregan pigmentos o tintes si es necesario. Algo curioso es que los tenates siempre llevan consigo un olor a semillas.
Uno de los artículos más útiles que se elaboran con palma son los Chiquigüites o Tenates. Estos artículos se hacen en varios tamaños y se usan para transportar tortillas, semillas, tlayudas, nixtamal, en las cosechas para recolectar frijoles, maíz o verduras.
También se elaboran coloridas canastas y bolsas de mano con figuras polícromas de aves, animales y formas geométricas. Es en las calles y mercados donde la gente acostumbra vender estas hermosas creaciones que incluyen máscaras elaboradas de palma.

Riqueza artística; herencia milenaria
En Oaxaca, la artesanía es toda una tradición y ofrece una diversidad que denota la riqueza artística e imaginación de sus gentes..
Textil. Los textiles que identifican a la ciudad de Oaxaca son, en especial, los productos de mantelería, característicos por sus inigualables diseños de reminiscencia prehispánica y colonial. Se elaboran tradicionalmente en telar de pedal y lanzaderas, con hilo de algodón, de color natural y teñidos con tintes naturales y artificiales. Los artículos de mayor producción son: manteles, servilletas, tapetes, cortinas, colchas, fundas y toallas. Todos ellos diseñados para cumplir su función utilitaria y para lucir como verdaderas piezas decorativas.


Además de estos productos, existe una gran variedad de artesanía textil proveniente de localidades cercanas a la ciudad, y de las demás regiones del estado. Todas inconfundibles por sus diseños y colores de gran originalidad que identifica a cada región. De Teotitlán del Valle, Mitla y Tlacolula, provienen las cobijas, jorongos, alfombras y tapetes, elaborados en telar de pedal, con hilo de lana, al natural y teñida con tintes naturales. Los diseños de éstos, van desde códices y personajes zapotecas, hasta reproducciones pictóricas de Tamayo, Toledo y Picasso. De Mitla y Santo Tomás Jalieza se tienen: rebozos, vestidos, huipiles, blusas, gabanes, chales, bolsas, fajas, tapetes, servilletas y manteles, elaborados con hilo de algodón, lana y estambre. De San Antonino Castillo Velasco, vestidos y blusas bordadas con hilo seda.

De Tlaxiaco, Tuxtepec y Huautla de Jiménez son los famosos trajes regionales, de origen prehispánico, que incluyen: huipiles, enredos y quexquémitls, inigualables por sus vistosos diseños, elaborados en telar de cintura. De la región del Istmo de Tehuantepec, vistosos trajes regionales de la mujer istmeña, característicos por su elaboración a base de telas de seda y terciopelo con finos bordados de flores multicolores.
En la ciudad existen varios talleres de mantelería entre ellos: Casa Brena, Pino Suárez núm. 700. Textiles y Artesanías Orozco, señor José Leyva y señor Luis Cruz Ramos, en el barrio de Xochimilco. Los textiles de las otras regiones se pueden adquirir en el mercado Benito Juárez, Mercado de Artesanías, Mercado de Abastos y en tiendas de artesanías



Alfarería. La alfarería oaxaqueña ocupa un lugar importante en la producción artesanal del estado. La loza vidreada, de fondo blanco y café, con diseños floreados, es muy común en la capital del estado y los pueblos de los valles centrales. Se producen: platos, tazas, fruteros, jarrones, jarras, floreros, juegos de té y juguetes.
La alfarería de Atzompa, comunidad próxima a la ciudad, es muy famosa por su loza vidreada, de color verde. Se caracteriza por sus diseños elaborados con la técnica de patillaje y calado. Se elaboran principalmente: ollas, cazuelas, jarros, chirmoleras, vajillas, juguetes y un sinnúmero de artículos decorativos.
Otro tipo de alfarería importante en la ciudad es el barro negro de San Bartolo Coyotepec, inconfundible por su coloración, completamente negra, con acabados brilloso y opaco. Se producen artículos decorativos empleando la técnica de modelado a mano, pastillaje y calado. Entre otras piezas se tienen: cántaros de cuello angosto, cántaros alargados, fruteros, cántaros para mezcal, lámparas, adornos y juguetes.

Talabartería. En la ciudad aún existen talleres de talabartería que se destacan por la elaboración de artículos artesanales a base de cuero, piel y gamuza; predominan los artículos de cuero con acabados lisos y repujados. Entre estas artesanías se tienen: chamarras, zapatos, botas, huaraches, sombreros, gorras, cinturones, bolsas, billeteras y monederos, así como artículos de charrería
Joyería. La joyería oaxaqueña, de oro y plata, es de gran prestigio a nivel internacional. Los diseños combinan el metal con las piedras preciosas como la turquesa, obsidiana, amatista, ámbar, coral y ónix. Sobresalen las réplicas de las joyas de la tumba 7 de Monte Albán. Las joyas más comunes son: collares, gargantillas, dijes, pectorales, cadenas, anillos, brazaletes, aretes, prendedores, mancuernillas, medallas, pulseras y esclavas, además de artículos decorativos.
Hojalatería. Esta actividad se inició en la ciudad durante la época colonial, actualmente aún existen talleres donde siguen elaborando bellos artículos utilitarios y decorativos, característicos por sus colores de gran viveza. Se tienen: faroles, candelabros, marcos para espejos y retratos, armazones para nichos, macetas, baúles, alhajeros, figuras de flores, animales y frutas. Los talleres de hojalatería en la ciudad son típicamente familiares.
Cuchillería. La ciudad de Oaxaca es un importante centro productor de esta artesanía, herencia de la época colonial. Se elaboran principalmente machetes, cuchillos, espadas, dagas, estiletes y cubiertos. El temple es de alta calidad, la característica de estos artículos son los diseños grabados al ácido, que consisten en paisajes oaxaqueños, acompañados con refranes populares.
Madera. Existen diversas artesanías de madera tallada: máscaras, guitarras, artículos de cocina, alebrijes, peines de naranjo, muebles y juguetes
Palma. La artesanía de palma es característica deregión Mixteca. En la ciudad se expenden: bolsas, tapetes, sombreros, tenates, petates, floreros, portafolios, canastas y artículos decorativos.
Cestería. Predominan los artículos elaborados a base de carrizo, entre los más comunes se tienen: canastos, canastas, fruteros, paneras, floreros, jaulas y artículos decorativos. Algunas localidades cercanas a la ciudad, que producen esta artesanía son: San Raymundo Jalpa, Etla, Ocotlán y Tlacolula.
  


La palma, trabajo artesanal de la Mixteca
ES UNA COSTUMBRE QUE HA PASADO DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN EN LAS
 FAMILIAS MIXTECAS


ZAPOTITLÁN PALMAS, OAXACA.- El tejido de la palma es una costumbre que ha pasado de generación en generación en las familias mixtecas, sobre todo en los pueblos que están alejados de la ciudad, donde es común ver a señoras sentadas a las afueras de sus hogares, tejiendo con sus dedos desde bolsas hasta sombreros.
Es así como viven algunos habitantes en los 165 municipios mixtecos, sobre todo los adultos mayores que incluso no necesitan bajar la mirada para saber cómo va su tejido, pues son tantos los años de experiencia que en una charla entre amigos o familiares, sus dedos van cruzando las palmas hasta dar forma a la pieza que desean crear.
Uno de los tantos pueblos que se arraigó a este trabajo artesanal es Zapotitlán Palmas, municipio enclavado en el distrito de Huajuapan y que colinda con el estado de Puebla, de sus mil 500 habitantes por lo menos los adultos y personas de la tercera edad saben tejer un sombrero, para algunos es la única manera de sobrevivir ya que no tienen otra fuente de ingresos económicos.
Mujeres que fueron educadas para tejer
En esta comunidad mixteca, casi todas las mujeres saben tejer, algunas que aprendieron de sus padres y otras que recibieron la enseñanza de sus abuelos, desde ir al monte a cortar la palma, ponerla a secar y luego rajarla para hacer sus sombreros, tenates, petates o bolsas, tal como sucedió con Luisa Ortiz, una mujer de 40 años de edad que se dedica a esta labor desde que tenía 8 años de edad y ahora de casada la sigue practicando, el único problema para ella y otras más, es que los sombreros que realizan no son bien remunerados y sus hijos ya no quieren aprender.
La mayoría de las mujeres de la tercera edad teje sombrero, debido a que en su edad escolar solo los varones acudían a la escuela y por lo tanto ellas, además de aprender a realizar las labores domésticas, eran enseñadas por sus madres para tejer la palma natural, pues tenían que aprovechar la abundancia de palmas en los alrededores de la comunidad que le dieron el nombre a la población.
Sin embargo, con el paso de los años se malbarató el precio de la palma natural, cobrando ahora por cada sombrero que realizan dos pesos, por ello desde hace 15 años a la fecha introdujeron la palma sintética y ahora la mayoría teje productos con este material, siendo más atractivos porque realizan distintas figuras y bolsas de distintos colores sin tener que teñirla, tal como sucedía con la natural.
Actualmente, 250 gramos de la palma sintética se cotiza en 50 pesos, que apenas son suficientes para tejer dos bolsas y cada una venden desde 13 a 15 pesos, por lo tanto su ganancia es de unos cuantos pesos, "tres pesos no sirven para mucho, menos para mantener a más de dos hijos y aquí mínimo tienen dos o más hijos, con eso no alcanza ni para comprar medio kilo de tortilla, ya se han de imaginar cómo vivimos", señaló.
Luisa Ortiz tiene cuatro hijos, dos de ellos trabajan en la Ciudad de México junto con su esposo como peones de lo que encuentren, sobre todo de albañilería, teniendo ingresos en conjunto por más de 300 pesos al día, a lo que restan los gastos de la renta del cuarto, la comida y lo que tienen que enviar a su familia en Zapotitlán Palmas para que sobrevivan, porque las bolsas que teje su madre, solo completan el gasto del día.
Sin embargo, los jóvenes de hoy en día no saben tejer la palma, bajo el argumento de que en el futuro no vivirán de ello y sobre todo por la pena de que conocidos los vean con el manojo de palmas bajo el brazo y tejiendo bolsas, por ello sus dos hijos menores que cursan la primaria y secundaria no aprenden este trabajo artesanal.
"La verdad si da tristeza, porque como que reniegan a sus raíces, no se diga si ya fueron para Estados Unidos, menos, por eso somos más los adultos y nuestros ancianitos quienes se dedican a tejer la palma, es como una manera de entretenerse porque en las asambleas del pueblo o en la calle nomás, vamos con nuestro tejido, ya nuestras manos están amaestradas los dedos por inercia saben dónde y cómo cruzar la palma, esto sin voltear a ver siquiera", explicó.
Sus productos los comercializan en Huajuapan de León, algunos que de manera informal salen a las calles a ofrecer sus bolsas, otros tienen entregas con inmediaticos que provienen principalmente del estado de Puebla.
La palma y sus antecedentes históricos
Según el Centro de Información y Documentación (CID) Huajuapan, en la Unidad Regional de Culturas Populares, la investigadora Grisel Velasco Rodríguez dio a conocer en su publicación La artesanía de la palma en la Mixteca, que este trabajo artesanal data desde el periodo paleolítico y en la región Mixteca se acentuó desde hace 500 años.
El tipo de palma que se trabaja en la región es la Brahea dulcis y los bosques de palmares se concentran principalmente en los municipios de Huajuapan, Silacayoapilla, Zapotitlán Palmas y Ayuquililla, esto en el distrito de Huajuapan, mientras que en Nochixtlán va hasta la población de Yucuañe y en Tlaxiaco hasta Tlacotepec, este tipo de planta se caracteriza por su color verde, la de mejor calidad es la que nace en la época de calor.
Los antecedes históricos inician en Coixtlahuaca por el año 1850 cuando se convirtió en una actividad importante de la Mixteca tanto Alta como Baja, debido a que se dejó de producir algodón, caña de azúcar, maíz y frijol, productos que se llevaban a otras regiones del estado como la Cañada.
Actualmente los productos que se realizan con la palma natural que llega a medir hasta 70 centímetros de altura y que cerrado el abanico abarca hasta seis centímetros de ancho, son desde petates, tenates, sopladores y sombreros, los cuales desde hace 500 años se convirtieron en los enseres de confort para las familias, y poco a poco se introdujeron las escobas y juguetes. Aun con la palma de fibra, la natural se resiste a salir del trabajo artesanal.
En Zapotitlán Palmas, la investigadora estima que por día se cortan de 200 a 300 piezas, de las cuales solo dejan el cogollo -es decir el tronco de la palma- para que se renueve en los siguientes 30 días aproximadamente; posteriormente los tienden en el piso para que seque en siete u ocho horas si es en la época de calor y si es con lluvias hasta dos días; inmediatamente las familias proceden a rajarlas a formar los manojos que darán pie a sombreros y demás enseres.
Cabe señalar que en 1937, el municipio poblano de Tehuacán se convirtió en el principal acaparador de los sombreros tipo ixcateco que se tejía en la región, provocando que el 65% de la producción que se generaba en todo el país fuera creada en la Mixteca, por lo que en comunidades como Santa María Ixcatlán llegaban los empleadores y a la semana cargaban cuatro toneladas de sombreros.
En ese entonces por cada uno les pagaban 50 centavos, elaborando hasta 20 sombreros por cada 20 horas, sin embargo desde entonces la paga no es favorable y actualmente solo son unos cuantos los acaparadores. Por ello el productor mixteco no sabe cómo ingresar a los canales de comercialización que existen desde hace 300 años. Otra de las problemáticas es que no hay un levantamiento ecológico de la palma ni el Gobierno ha implementado un programa de manejo o reforestación.
Sufren tejedoras de palma engaños
La falta de empleos y oportunidades en sus comunidades de origen ha dado como resultado que las tejedoras de palma sigan siendo víctimas de los intermediarios o mejor conocidos como "coyotes", quienes acaparan el mercado y adquieren los productos elaborados por las mujeres a un precio bajo, explotando con ello el trabajo que realizan las tejedoras quienes obtienen 50 pesos mensuales por una docena de sombrero.
Ante esto, María Celia Basilio Abedolla, quien actualmente tiene 70 años y que desde niña se ha dedicado a la elaboración de sombreros, expresó que los que se llevan el recurso son los coyotes, no de ahorita sino de todo el tiempo, además de que en más de 50 años el precio por sombrero ha incrementado 3 pesos, cantidad que es insuficiente para llevar el alimento a sus mesas.
"Esta actividad la sigo realizando para no perder la costumbre inculcada por sus antecesores, además de contar con un ingreso a sus hogares, pero esto no alcanza ni para comprar los frijoles", aseveró. Asimismo, indicó que el tejer los sombreros de palma en muchas de las veces salen perdiendo, ya que el rollo de la materia prima tiene un costo actual de 70 pesos, donde en caso de que la palma este muy delgada, esta sólo alcanza para realizar 12 sombreros, los cuales son vendidos a 48 pesos, y cuando la palma está en óptimas condiciones alcanzan para fabricar de 24 a 36 sombreros.
Finalmente, dio que ante esto es importante que tanto el gobierno federal como el estatal, den un valor más a las artesanías que elaboran las mujeres mixtecas y que combatan el coyotaje, que es lo que más perjudica a las tejedoras de palma, con el fin de que su esfuerzo y trabajo sea valorado y de menos reciban 10 pesos por sombrero y con ello adquieran frijol y maíz para la alimentación de sus familias.
Sabías qué...
La tradición proviene de tiempos pre-Hispánicos cuando los sombreros eran la única protección en los campos de cultivo.






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